Ya va a ser un año que me da vueltas la cabeza en torno a la fuking crisis de los 30. A mi me llegó un año tarde, porque al cumplir 30 me encontraba con un retoñito de 1 semana en brazos, así que ma qué crisis ni qué crisis.
Llegados los 31, experimenté un dramático cambio de paradigma... la cosa es que vos, ya no sos vos. Igualito que el pobre púber que ya no es el niño que fue y se siente extraño en su propio cuerpo.
Ya no sos una joven con todo por hacer, una mañana te levantás y te das cuenta de que jóven y todo tenés mil responsabilidades, mil compromisos asumidos, mil opciones descartadas... mil, mil, mil...y así puedo seguir largo y tendido... no sos aquella veinteañira y tu cuerpo tampoco es el mismo (asumámoslo)
Encima, el puber por lo menos tiene el tiempo, espacio y derecho adquirido a los pataleos propios de la edad... a los treinta y pico no tenés el tiempo ni el espacio ¿y el derecho?
Cuando sos una mujer analítica como quien les habla, pretendes empezar por las bases a revisar si las opciones tomadas fueron las adecuadas...mmmm te lleva algo así como un año... en el camino empecé una carrera, así que fíjense lo profundo del cuento... la cosa es que van llegando los 32, y yo sigo, revisando bases.
Y esta mañana pensaba, si mi pico de adolecente insoportable fue a los 16, en este remade estaría ahorita mismo en el pico. Por dió! me encantaría gritarle al mundo "jódanse! ahora soy adolecente otra vez!"...pero no, contendré mis ganas, analizaré en silencio, evaluaré, lloraré, reiré... al fin y al cabo esta segunda vuelta me agarra más armadita.
La cagada (pensaba) es que mi adolescencia real fue, mas o menos, hasta los 20... así que en un cálculo rápido, me tocaría hasta los 35/36...y luego empezar a preparar la de los 40!
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