sábado, 12 de junio de 2010

no me arrepiento de este amor

hablando de patrimonios... los hombres (hermosas criaturas, por cierto) no saben estar enfermos. Saben de muchas cosas, eso si, pero no de estar enfermos. y una línea de fiebre los convierte en los más desgraciados del mundo.
No hablaré aquí de esos detalles, de los que se ha escrito y dicho por demás.
Hoy lo miraba a mi hombre padeciendo su terrible resfrío, su sufrimiento nada silencioso, y es cierto. Está insoportable.
Pero lo miraba de reojo agradecer el té, celebrar que le alcancen el ibuprofeno, sonreír como un nene por una caricia en la frente...
Los hombres con sus "cosas" nos dan la oportunidad de ser mujeres.
y...no, igual que Gilda, yo tampoco puedo arrepentirme de este amor.

No hay comentarios: