jueves, 23 de mayo de 2013

Crónica de un rotundo éxito

Te tocará el acto del 25, con el aliciente que este año, como hubo festejos varios por otros motivos, no tendrá tanta necesidad de "pompas y circunstancias" que amerita casi siempre la bendita Revolución de Mayo.
Te alegrará saber que podrás plantearlo como una clase abierta y que sirva para aprender. 
Te llenarás la boca con fines pedagógicos y didácticos, celebrarás tu ingenio e idearás un "número" donde tus alumnos preadolescentes desplieguen sus conocimientos de las causas y consecuencias de los mencionados sucesos.
Te propondrán que agregues una canción al final. Te parecerá una mierda. Te sentirás magnánima y aceptarás la sugerencia. Te dirás que habiendo cubierto lo educativo del acto, dejarás que meta mano esa musiquita insulsa.
Confeccionarás una línea de tiempo, pegarás una tras la otra las A4, ubicarás sucesos, explicarás largamente. 
Lucharás contra la apatía de los mocosos. Perderás tiempo redactando, practicando...pedirás una prórroga, un imposible: atrasar el acto. Te concederán el permiso.
Llegará el lunes siguiente al feriado. Te calzarás incomodísimos tacos, te pintarás como una puerta, estarás lista a las 7 am colocando adornos, carteleras y puntualmente a las 8 comenzará el acto.
Y tus amados párvulos darán inicio a una pesadilla, correrán arriba del escenario sin saber donde ni cuándo ubicar hechos históricos, se sentirán perdidos, expuestos.
 Llegará el momento de la canción, la habrán olvidado. Sentirás tus mejillas como dos fuegos. Percibirás ese deseo de estrangularlos, de gritarles y esa bronca subirá como lágrimas a tus ojos. Querrás que el mundo acabe por unos instantes, como una drama queen, desearás correr tras bambalinas, gritar un poco más y que te lleven un whisky y calmante a tu camerino, pero recordarás en ese instante que no sos una diva de la ópera ni del cine de los 50, sino una simple maestra. 
Te salvará las papas la directora, despedirán a los padres y retarán juntas a los desinteresados alumnos.
Te enojarás tanto que necesitaras días para que se te pase.
Habrás aprendido algunas cosas, como que después de un feriado no se hace nada, que las rebeliones adolescente no son a título personal, y que a veces para que las cosas salgan bien es necesaria cierta estructura.
Te reconciliarás con tu rol y con tus niños y un año más tarde volverás a preparar un acto y aprovecharás tu experiencia fatídica  para hacerla texto y exorcizarte de ese, tu tremendo y gran exitazo.  

Pd: siguiendo una consigna del taller del Ine, el modo y tiempo también responden a ella.

domingo, 19 de mayo de 2013

Still alive (II)

Se despertó mucho antes que su señora, miró al costado. La vio dormir plácidamente, la observó, acaricio su frente y sintió su tibieza en la punta de sus dedos. Amó esa sensación, amó verla descansar después de tanto tiempo de lucha, después de ser tantas veces el acariciado mientras dormitaba en esa cama fría de hospital.
Es que los 64 habían llegado y lejos de encontrarlo cantando "when i sextyfour" lo encontró batallando contra el cáncer. Había sentido injusto a ese intruso que llegaba a visitarlo justo en ese cumpleaños, en esa edad con que tanto habían fantaseado con su esposa desde que se casaron, desde que los minutos habían empezado a consagrase al trabajo, a los hijos y a mirarse cómplices y callar diciéndose sin palabras "cuando tengamos sesenta y cuatro..."
Se deslizó como un gato para no despertarla, se lavó a penas la cara, se puso un pantalón cualquiera y las zapatillas. Se sintió bastante ridículo con ese atuendo deportivo que le quedaba gigante -"Este puto cáncer me dejó como un junco"- se dijo mientras se miraba en el espejo, y le sonrió a ese viejo, le sonrió a encontrar en sus ojos al niño que había sido a los diez.
Y se fue rumbo a la plaza, esa que queda cerca, esa que habían armado para los que futing. Nunca había entendido a esos locos que se ponían a correr ¿que mierda hacían corriendo a ningún lado? No le importó mucho y se dispuso a imitarlos.
Y corrió, primero un trote tímido, después empezó a acelerar el paso. Comenzó a sentir el sudor en la espalda, el rebote de los pies y se le antojó imaginar que corría y dejaba atrás este último año, vio quedar lejos las latas de Ensure, vio hacerse chiquitas las agujas, el sillón de la quimio, la máquina de rayos...hasta le pareció ver como se alejaba el oncólogo.
Había vencido, el proceso había terminado y el estaba acá para contarlo. 
Vio con detentimiento las hojitas de un arbusto que decoraba la pista, se le ocurrió tocarlas, ellas también habían sobrevivido a una tormenta. Por segunda vez en la mañana se gozaba de sentir la punta de sus yemas.
Se sonrió.
Pensó en sus brazos, los sintió cansados y se acordó del chico que era hace tantos años, recordó cuanto le gustaba juagar a que volaba como gaviota. Y empezó a hacerlo.
-soy un viejo ridículo- se dijo y se tentó de risa.
Y corrió más fuerte, empezó a marearse de tanto oxígeno. Se tiró en el pasto. Se le puso todo negro, se entregó al suelo, "seguro me hiper ventilé " pensó. Y se dejó ir.
A lo lejos empezó a sentir voces conocidas y abrió los ojos. La vio rodeada de gente, vio como se reportaba su figura en el cielo azul. Vio su mirada angustiada, sintió su miedo en las manos. 
-Negró, negro! ¿Estas loco? Me asustaste! Como vas a salir así, pero te vas a refriar hombre, tirarte así en el pasto, asustaste a todo el mundo...y da gracias que Raúl me ayudo a buscarte.
-  cállate un poco gorda- le dijo sonriendole con ternura.
- es que te vas a refriar...
-y el refrío va a querer decir QUE ESTOY VIVO.
Pd: esta historia se germinó esta mañana, que salí a correr con Pearl Jam en mis auriculares y un señor adelante mío corría y jugaba como un chico. Tendría unos 60, le hacía "choque los 5" a los arbustos, movía los brazos como gaviota... Se divertía :) y de fonde Eddie Vedder me cantaba Stil alive...
Ah! Y para completar la historia, para los que no conocen el tema de los Beatles http://youtu.be/PpAygvn3juQ
Y at last but not at list, como broche, para compartir nomás, uno de mis temas preferido de perl Jam http://youtu.be/Eo8lhQoXBIw

viernes, 17 de mayo de 2013

Co-madres


Hace unos 10 años atrás (ponele año más, año menos)empecé el profesorado de filosofía. Con el empezó también mi prejuicio a cerca de las jardineras... Las maestras jardineras, ese ser con voz de pito y pretendida pose angelical. Resulta que donde yo estudiaba también lo hacien "ellas", la otredad en si misma, las distintas, las ruidosas.
Maldito prejuicio alimentado por los poco sagaces profesores que las trataban como a una "salita de 4" y las hacían poner en práctica en ellas mismas lo que luego harían con los párvulos. 
Las detestaba, me molestaban, pensaba "¿cómo esta gente estará a cargo de criaturas?"
Prejuicio, señores, Pre juicio. Esas valoraciones que uno hace antes de tiempo y se le antojan absolutas, categóricas.
Mi primer contacto real con ellas fue a los tiernos 5 meses de Cata. Y me encontré con una mujer clara, frontal, cariñosa, con criterios muy similares a los míos, y sobre todo que se enamoró de mi hija, la adoptó, la abrazo, la hizo propia. Esas cuatro horas que pasaba con ella era su mamá, era mi co madre. A Mari le siguió Gaby, que se entregó también al vínculo, que me acompañó en los límites y que otra vez la adoptó a Cata. Y a mi. Porque estas dos mujeres fueron mis compañeras de crianza, mi cómplices, mis "alentadoras".
Con la llegada de Eva llegaron también Lu (quien con toda gracia afirma que la negrita es "su hijita") y Vale, otra madre, segura, tierna pero certera.
Hoy pasó unas de esas situaciones en que necesitas esa mirada, ese apoyo, esa co madre, ser mamá de a dos, dos miradas femeninas acompañando.
Estaba en el salón, ya cerrando el día, y se acerca Marita "andá a dirección que te llamaron de Jardín". Y allá fui, debo haber tardado unos 20 segundos, segundos en los que pasaron como una película las más terribles calamidades que tenían a mis hijas como protagonistas.
"Andá a jardín, pichona, llamaron por Eva"me dijo Mariel (directora) y volé, otra vez maquinando desastres.
Ahí estaba Vale, con la gorda a upa, mirándome de una manera que parecía decirme "tu preocupación es la mía". Y me dice:
-Eva se calló, 
-Tranquila, Vale, todo bien
-no, no... Para qué te cuento.
Y me cuenta, y me explica que tuvo una caída pava, ni golpe casi, pero no reaccionó al toque, sino que se puso totalmente blanca, con su trompita morada, parecía desmayada. 
Y nos asustamos las dos, y nos miramos y mientras decidíamos si llamar a la emergencia, la mirábamos a Eva, la conteníamos, y nos acompañábamos entre nosotras. 
Y vino la ambulancia, y allá fui ahora con la directora, Vale se quedaba. fui con miedo, pero sabiendo que no estaba sola. 
Claro que lo llamé a Andre, claro que el compañero por excelencia es el padre. Pero hay momentos, como el de hoy, en que uno más que un compañero, se necesita toda una red que contenga, toda esa red de comadres acompañando.
La cosa terminó bien, aparentemente no pasó nada serio, la placa de cabeza salió bien, los doctores que la vieron la evaluaron y después de advertirme que la observe 24 horas, me mandaron para casa con tranquilidad. 
Con mensajes y llamados esa red de mujeres se hizo presente, y el nudo en la garganta se aflojo y le dio espacio a la gratitud.
En este camino siempre nuevo de la maternidad  me sorprende mi debilidad, mi límite y hoy me mostró que no estoy sola, que además de Andre y la familia están ellas, mis COMADRES.