domingo, 13 de enero de 2013

Marìa Eva


Hace días que recuerdo su nacimiento a cada rato, días ya que miro fotos, me hago presente momentos, me tildo mirándola, casi contemplándola, perdiéndome en sus ojitos negros de braza.

Es que en unos días más, mi negrita de rulos cumple un año.

Mi negrita tiene la piel blanca como el marfil, los ojos de chispa y su pelito negro es un enjambre. Sabe Dios lo que gastará esta niña en productos anti frizz, y quien sabe si podrá dominar sus rulos alguna vez. Lo que sí sé es que sabrá vivir con ellos, y un pasito más, los asumirá e incluso los querrá.

Es que nuestra Eva es, como le decimos en casa, "la chica natural", "la niña hippie", desde su nacimiento nos enseñó que sus tiempos, los tiempos de la naturaleza, no son los nuestros, no los de los grandes, no lo de los libros.

Su nacimiento fue dos semanas después de lo que indicaba la ciencia, y quiso que fuera sin ninguna intervención médica, un parto absolutamente natural como ya les conté. Las enfermeras venían a la habitación a ver a la bebé  que había nacido sola, sin llegar a la sala de partos.

El pasaje de la lactancia a la mamadera también fue a sus tiempos, no importaba, cuanto yo quisiera que ella agarre una mamadera, no importaba tampoco el dato, no menor, de que tenía que ir a trabajar (ni las tetinas carísimas que compré porque juraban imitar el pecho materno), la niña no quería saber nada, hasta que un día sin forzarla, eligió una mamadera antes que la teta y listo.

Lo mismo la comida, poco le interesaba a ella que a los 6 meses debe el lactante comenzar a ingerir papillas, le importaba nada. Hasta que un día, como si nada, aceptó la comida que le daba Mariana en la guardería y punto, había llegado su memento.

María Eva me enseñó a relajarme, a entender que "perfecto" es un concepto muchas veces subjetivo. Me confirmó que no hay un modo único de hacer la cosas. Me ablandó completamente, me enamoró y me enseñó a dejarme llevar un poco más, a entregarme más y a permitirme amar mejor.

¡Gracias, negrita! La maternidad no sólo ensancha caderas, ensancha, principalmente, el corazón.
pd: la canciòn del video la elegì porque a ella le encanta y la baila cada vez que la escucha =)
 
 
(texto escrito dìas antes de su cumple, que es hoy)