jueves, 30 de diciembre de 2010

bienvenida Taio, te extrañaba!

No les puedo explicar lo bien que me están haciendo las vacaciones. Un par de días y ya estoy enérgica, con ganas de todo.
Ahora ando atrás de un proyecto nuevo: un blog de cocina, y a este capaz que le pongo propagandas y todo ¿se imaginan si después de cumplir el sueño de escribir y que me lean cumplo el sueño de que me paguen por esto? ¿por qué no?
Estoy contenta, no sólo por el blog sino porestar con tantas ganas de cosas y tener las herramientas. Por ahí las ganas estaban hace rato y las herramientas siempre disponibles, pero ahora lo veo y me hace feliz.
Retomando el hilo de las propagandas deportivas: IMPOSSIBLE IS NOTHING!

miércoles, 29 de diciembre de 2010

inhalo por la nariz exhalo por la boca

Ayer a las 20,30 Cata había agotado mi paciencia de una manera... es adorable, lo sé, pero está en lo se llama etapa de auto afirrmación, lo que significa que tiene 2 pero hace planteos de 15, te enfrenta (figurense que recién le estaba haciendo las trencitas y me dice "ia bata mamá!")te obliga a ponerle límites todo tiempo, te cansás de decir "no"...bue, toda esta intro para contarles que cuando llegó Andre le digo: " me voy a correr a la placita o mato a alguien".
Ojo, no soy la Sra. Deporte pero hace rato (laaargo rato) había fichado esa plaza; le pusieron unas maquinas para hacer ejercicio y armaron una pista para correr... y allá me fui, mp4, zapatillas, calcitas y a correr. Me daba "cosa", no sabía bien que onda. Llegué y había bastante gente, cada uno en la suya haciendo su rutina.
No les puedo explicar LO BIEN que me hizo.
Nada de otro mundo, troté 20 minutos e hice 10 min de ejercicios pero ¡qué despeje absoluto! Fue como conectar conmigo. Apagar todo el backround, concentrarme en mi resistencia física, en escuchar música, ver pasar algún pensamiento y dejar atrás todo lo que no soy yo. Algo egocéntrico pero archi necesario. 35 minutos más tarde llegué a casa fresca como una lechuga aunque el termómetro marcaba 28 grados.
Me encató tomarme ese tiempo. Poner la cabeza en el cuerpo, escucharlo y escucharme. Siempre sostuve (con muchos otros) que no somos simplemente un alma dentro de un cuerpo sino que somos una unidad substancial de cuerpoalma y ayer sentì bien patente eso.
Y pegado a esto pensaba en el balance de fin de año, en renovarme, en que mensaje me quiero dar y quiero dar...
Hace unos años despedìa a un grupo de 6to y les leìa a modo de manifiesto y herencia el texto que les transcribo. No es nada casual que lo haya sacado de un comercial de adidas. Se los comparto ahora a ustedes (y les pego también el link de la publicidad que me encanta) a modo también de manifiesto y de deseo de que el 2011 nos encuentre llenos de ganas y de fe.
http://www.youtube.com/watch?v=M8CrhfYd8jI
creo en la pasión sin verso
creo en la entrega sin límite
creo en las hazañas que terminan en proezas
creo en el compromiso
creo en la belleza
creo en la lucha que es mucha
creo en el talento
creo en la humildad
creo en el respeto
creo en la locura
creo en la distancia que recorre una esperanza cuando se empuja y se empuja
creo en la hermandad
creo en la amistad
creo en la fuerza que sale de adentro cuando hay que ganar
creo en la aventura
creo en los sueños
creo en lo real
creo en las voluntades que derriban barreras
creo en la alegría
creo en los retos
creo en los hombres con espíritus inmensos
creo en la destreza
creo que una lágrima sincera vale más que mil banderas desplegadas en el cielo.
SEGUÍ CREYENDO

lunes, 20 de diciembre de 2010

"shh! no piensen tan fuerte!"

En navidad, cuando éramos chiquitos, papá nos llevaba antes de las 12 a ver las estrellas asegurándonos que el conocía cual era la de Papa Noel y que nos las mostraría. Había una sola condición: había que hacer extremo silencio y prestar atención, si el regalero escuchaba mucho bochinche se iba a asustar. En medio del silencio papá, súper histriónico, decía: "shhhh! no piensen tan fuerte que se va asustar papanuel!" y nos reíamos (yo caìa siempre tarde en el chiste y quedaba confundida un rato je)
¡Cómo me gusta recordar esa ceremonia! pensaba estos días en lo importante que eran esas noches, que gran enseñanza nos dejaba el viejo jugando a ser chico un rato, poniéndole fantasía, haciéndonos soñar... a veces el arbolito estaba lleno y otras no tanto. Pero la verdad es que no recuerdo tanto los regalos sino la sorpresa, el juego, la fiesta.
La navidad es la locura de amor más grande, es Dios haciéndose niño, frágil y con frío... mientras escribía pensaba ¿no es una invitación para ser chicos un rato? Les digo la verdad, a veces me cuesta esto de las fiestas, pero se me ocurrió esta idea: este 24 voy a creer en papanuel, voy a olvidarme que somos grandes y estamos cansados y voy a repartir besos y abrazos por ahí; me voy a llenar la boca de garrapiñada; voy a jugar con Cata y con cuanto sobrino quiera al lado del arbolito, voy a "ayudar en la mesa" como me pedía mamá cuando era chiquita. Y haciéndole un guiño al cielo le voy a decir a algún pequeño: "no piensen tan fuerte que se va a asustar papanuel!"

martes, 14 de diciembre de 2010

Agarrate Catalina

Me subí a la camioneta sin saber lo que me iba a encontrar. El mensaje de texto había sido muy escueto "me parece que se comió una pastilla de mi viejo". Yo tenía la esperanza que se refiriera a una pastilla de menta... La seriedad de Andrés y la gorda hecha un bollito me sacaraon la esperanza de cuajo. -"¿qué pasó Cata?" -"me comí e remeio de abuelo". Se acurrucó en mi pecho y se quedó callada y demasiado quieta todo el camino. Como quien tiene una lipotimia.
Andrés siguió camino para casa para buscar los papeles carnets y etcéteras; yo me bajé como un tiro en el sanatorio. Mi cara lo diría todo por que el guardia de seguridad me dijo "pase derecho por acá señora". Al llegar, tartamudeando le digo a la recepcionista que era una emergencia, que no tenía los papeles y que la gorda se había comido un remedio, Cata por su parte se recostó sobre el mostrador y levantó la cabecita para repetir "comí e remeio de abuelo". Enseguida nos mandaron a un consultorio, me hicieron las preguntas pertinentes y la doctora me explicò que seguramente sólo la había chupado, que como había sido hace menos de una hora le ibamos a dar una noseque carbonatada que inhibía los químicos y que veríamos como evolucionaba... me volvió el alma al cuerpo. Los primeros tragos se los dí como si su boca fuera un embudo, luego en un ataque creativo me puse a jugar con ella en la silla giratoria, el juego consistía en que a cada trago de la substancia negra e correspondía una vuelta en silla. Ella se empezó a animar y a gritar "fubito de jalowìn" (finalmente de algo sirvió tanto machaque del disney channel, machaque que intenté combatir en vano ya que todavía la gorda lo recuerda) Y después de cada trago decía "buuu soy el montuo".
La puesta en escena al mejor estilo "la vida es bella" nos sirvió a las dos, a mi para reírme, a ella para tomar el brebaje. Me hizo pensar que la risa me da seguridad, no solo me tranquilizaban sus carcajadas de nena sana sino que reírme me llenaba de aire.
Llegó el papá, ya no estaba totalmente a cargo, se sucedieron los controles. Cata estaba mas inquieta y tanto la doctora como nosotros mas tranquilos a la verla tan activa... pasadas 3 horas tenìamos el alta.
Y volvimos a casa, Andre me compró comidita rica y a dormir, porque "no pasó nada"... pasada la adrenalina del momento empecé a sentir el cansancio, como los coletazos del susto, se ve que la risa sirvió ese rato pero ahora se me anudó en la garganta... la espío en la cuna de a poco voy entendiendo que ya está, que fue "sólo" un susto y que de estos vendrán unos cuantos y como pudimos con este, podremos con todos nianque vengan degollando.

lunes, 6 de diciembre de 2010

las cosas por su nombre

¡Cuánto ayuda ponerle nombre a las cosas! supongo que debe tener que ver con que uno puede nombrar lo que conoce. Ayuda a reconocer a los propios demonios, a esas emociones que te invaden, que no sabes bien de donde vienen pero que dejan a su paso angustia o por lo menos desazón.
Hoy, terapia de por medio, apareció la bendita palabra, el nombre de la emoción, y eso que se me hacía un nudo en el pecho fue aflojando. No huyó despavorido, pero fue como enfrentarse con un enemigo y mirarlo a la cara sin miedo y decirle "yo te conozco".