viernes, 7 de junio de 2013

Aparatosa Despedida


Lo más aparatoso de mi aparatosidad es que me encanta ser un aparato. Y aunque me esfuerzo por quedarme en unas pocas aparatosidades, fluyen mil imágenes que me pintan y consagran aparata.
Me encanta escribir palabras todosjunto.
Soy la peor ama de casa del mundo, pero una vez que esta todo mínimamente ordenado esparzo blem a troche y moche y me siento una profesional de la limpieza, respirando ese olor saturadamente pulcro.
Voy juntando la ropa que tiramos en la habitación y me cuelgo como una adolescente enamorada oliendo la ropa de Andre.  A veces, hasta suspiro.
Me encanta hacer  payasadas para mis alumnos, el año pasado les cantaba a los gritos.
Amo bailar, pero soy de madera, por eso reservo mis coreos para cuando estoy sola, preferentemente en la cocina.
 A eso de las 14 me agarra lo que yo llamo “el ataque dulce”, una desesperación por chocolate que me puede llevar a cualquier crimen. Esta se incrementa cuando en casa no hay nada, ahí cuando ataco el Nesquik, cucharita en mano. Una vez entró Cata en la cocina y al tener que súbitamente esconderme  terminé aspirándola.
Me rio sola de chistes escatológicos, y como me da vergüenza me voy del lugar para que no me vean como lloro de la risa con mis inmadureces.
Todos mis jeans tienen el dobladillo hecho con la abrochadora del colegio. En algún momento pensaba “cuando llegue a casa lo coso” ahora, ni eso.
Me calzo un par de botas y me siento una diosa, tenga puesto lo que tenga puesto lo que tenga puesto arriba.
Tengo largas discusiones mentales en las que siempre tiro respuestas brillantes, pero en la realidad me quedo muda y me ponga colorada mientras se me hace un nudo en la garganta de rabia.
Busco la aprobación de gente insólita.
Me encanta escuchar a los hombres hablar de fútbol.
Después de 10 años la propaganda de Quilmes del mundial 2002 me pone la piel de gallina y dependiendo el momento del mes, me hace nudito en la garganta.
Soy mucho mas simpática y divertida por internet que en persona.
Estoy llena de “me gusta” en la cabeza.
Y sobre todo me gusta ser un aparato que entre sus canciones preferidas (para bailar y cantar a los gritos) está  “Yo soy lo que soy” y la canto y la bailo y me siento una diva ochentosa y por ese momento, minuto, minuto y medio, me lo creo y le grito al mundo “si, si, soy lo que soy”.
=)
pd 1: propaganda de Quilmes http://www.youtube.com/watch?v=bjpeHNPP7zk
bueno, espero que les haya gustado esto que creo que será el último post. No es que vaya a cerrar el blog (por lo menos no hasta que no sepa bajar todos los textos para que pueda tenerlos en la compu)
pero si voy a dejar de escribir por acá por un tiempo.
Este blog nació como una loca necesidad de expresarme, y sirvió para tal fin, ahora necesito expresarme de otra manera y también  necesito más estar adentro que afuera.
Me dió muchas mas satisfacciones de las que me imagnaba cuando lo abrí, pero hoy, 3 años después, siento que es un ciclo que termina.
En el medio salí de una crisi grande, nació Eva y me recibí... gracias por acompañarme
les digo gracias por compartir este camino a todos, los que leyeron y a todos los que aportaron por FB, por acá, en "vivo y directo". Y no puedo dejar de mencionarte, Ojo, gran compañero del mundo bloguero, seguiré de visita por el tuyo!
Voy escrbiendo   me agarra nostalgia, incluso nudito en la garganta, peeeero me parece que es momento de cerrar esta ventana que tantas alegrías me dio "despedirse es ser fiel al camino que nos hizo encontar al amigo". GRACIAS =) http://www.youtube.com/watch?v=yZmcqsZeetc

miércoles, 5 de junio de 2013

Mi anillo

Siempre me gustó. Secretamente, siempre lo quise.

Mi teoría era que papá se lo había hecho a mamá como anillo de compromiso, pero la realidad a es que lo diseñaron juntos, ya casados y luego él lo confeccionó y se lo regaló.

Bello, hermoso anillo de hierro forjado, forjado por las manos de papá, con una piedra límpida de cristal de roca, engarzada en el centro. Linda brillante, un poco cascada, asimétrica, llena de la desprolijidad de lo artesanal. Lleno de buen gusto,  mi anillo.

 Estuvo siempre con mamá. A mi alcance, sí, pero con mamá, era "su" anillo.

Siempre lo quise, decía, nunca me animé a pedirlo, ella también lo amaba, le daba un lugar especial, lo cuidaba.

Hace algunos años me convocaron para un trabajo, uno que era absolutamente nuevo para mi. Siempre había trabajado como maestra y  tenía entre manos una propuesta para trabajar en una empresa.

Era un salto, un gran salto. Era el desafío de tener que juntar coraje para explorar otro universo. Era, un poco, salir al mundo, al mundo de los grandes, era mostrarme y probarme allí. 

Amiga de los desafíos, abracé la propuesta, me lancé a ella, aposté, dije "¡sí, quiero!" con todas mis fuerzas. Y unos días antes de arrancar mamá me dice: "a ver, probá cómo te queda". Entonces me puse el anillo, y me revestí de su fuerza, sabiendo que ese "a ver" era un "tomá".

-Lo voy a cuidar, ma... Después te lo doy -es que me emocionó mucho. Tanto lo había deseado que temí estar engañándome.

-No, no, ahora es tuyo, tenelo.

Y me lo dio, y con él me dijo sin palabras: "ya sos grande". Me acuerdo mirarme la mano, sentirlo casi mágico.

Mi anillo me recuerda un poco quién soy, de dónde vengo. Me dice, también, qué  quiero y me representa, me identifica.

 Se lo ve fuerte, singular, bello para quien lo sabe mirar. Presente, lleno de amor, nacido del amor, de la entrega, del trabajo común.

 A la vez es frágil y merece cuidados.

 Sin ser armadura fue (y es) protección, y valor, empuje, permiso para ser.

 Es testimonio de mi origen y testaferro de mi futuro, seguridad de mi presente.

 Mi anillo.

(Otra consigna del taller :0))






martes, 4 de junio de 2013

La del Conde Olinos


Miramar, es verano, una tarde cálida con sol y mucho, mucho viento. Tanto viento que no hay playa.

Papá arregla el auto, saca piezas chiquitas de ese motor enorme ¿cómo puede saber dónde va cada parte?

 Las limpia, las deja en nafta, las seca… como me gusta el olor a nafta.

En eso me llama:

- gorda, vení, a ver, vení, vení

-pará pa…

-dale, vení…a ver…sosteneme esto

-¿así?

-no, no.. Así ¿ves? – Me indica firme-

Me aburro… el sol pega y yo estoy acá sosteniendo no se qué, que sirve para no sé cuanto…

-A ver… cantá esa…

-¿cuál?

-Esa, la del Conde Olinos…

-No me acuerdo la letra…

-Dale…”madrugaba el conde Olinos”- entona con su voz profunda-

-…mañanita de San Juan…

La canto dos o tres veces, y cada vez que  termino , el retoma:  “…madrugaba el Conde Olinos”

Y en eso  empieza a hacer una segunda voz, una armonía.

-Pará paaa, que me confundo, no sale!! A ver… otra vez…-refunfuño-

Y al final sí sale  y para mí, es el mejor dueto del mundo.

pd: otra producción en el Taller, una escena de la infancia. =)