miércoles, 5 de enero de 2011

El regalo de poder ayudar

Hoy era un día especial porque como todas las vísperas de reyes nos juntamos con un par de amigas a hacer los pedidos a los reyes. Tomen nota del ritual porque es efectivo (pero atenti con lo que piden porque los reyes cumplen). Esto lo venimos haciendo hace unos...¿8 años? mas o menos, la cosa es asì cada una pide tres cosas para este año, puede ser desde lo más concreto hasta lo màs espiritual... 3 cosas que uno haya meditado y que realmente quiere. Nos contamos los deseos y los anotamos para releerlos al año siguiente.
Esta mañana una de las chicas me llama llorando a mares y como pudo me contó que su papá falleció esta madrugada, sin ninguna enfermedad, así de sorpresa. Lo único que atiné a decirle fue que me traiga a su niño (mi ahijado, de 2 añitos) y media hora más tarde estaba con un par de enanos de 2 años, pensando en que suerte que no tuve mellizos.
Confieso que me asusté un poco cuando oí el timbre, es que somos mamás tan distintas! ¿que tal si el gordo no estaba a gusto? ¿que tal si Cata se ponía celosa?
La relación con el es especial, cuando era recién nacido yo todavía era una vaca lechera (Cata tenìa 6 meses) y su mamá (mi amiga) no tenía leche; para completar el cuadro el gordito manifestò tener alergia a la leche de vaca...la cosa es que empecé a pasarle leche mía y junto con otras 2 chicas nos convertimos en mamás "de leche".  Me acuerdo cuando lo vi tan chiquito y a ella tan desesperada y pensé "no te puedo evitar el mal momento, pero te puedo  ayudar".
Ya lo dije en otra oportunidad, la muerte es puta y uno no puede evitarle el dolor a los que quiere pero me siento agradecida de que por lo menos, como hace 2 años,  no puedo hacer nada por evitarle este tramo camino, pero puedo darle una mano.

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