Hoy retomé los encuentros con mi counselor (se me van al diccionario). Feliz, me encantó recuperar el espacio, releer todo el proceso orgullosa. Me encantó.
La cosa es que entre tema y tema sale esto de la idealización, esto que "el otro" proyecta en uno, y no sólo eso, sino todos esos miedos, conceptos... en fin proyecciones que nos "meten"...y dejamos que nos entren ¿no? (chiste fácil, abstenerse) por que nadie adulto puede decir que es "victima" de las percepciones o ideas de quienes lo rodean (bah, detesto hacer esas afirmaciones universales, pero bue, hablamos en líneas generales)
Hay momentos de mayor vulneribilidad, claro, pero mas allá de esto estraía bueno tener un sensor que nos diga "esto es tuyo, dale pa delante" "esto es del otro, alla el". Digo, nos evitaríamos complicaciones, enredos, frustraciones. Ok, está visto que la tecnología todavía no inventó esta maravilla (by the way, cuando lo inventen me dan una parte por haber dado la idea eh) entonces ¿cómo hacemos para armarnos de este dispositivo? me parece que se me ocurrió una forma... es que cuando venía en el bondi me repetía a mi misma "animarse a vivir la experiencia". A veces me pasa así, las ideas me bajan en forma de frases que no se son mías o escuchadas, me vienen y me las repito como rumiandolas y después resultan ser respuestas a interrogantes nuevos.
Bueno, les decía, a lo mejor si nos hacemos cargo de sentir "lo que sentimos" en cada experiencia, si dejamos de lado un poco al miedo y nos miramos de frente a lo mejor adquirimos gimnasia en conocernos, en ser nosotros mismo y decir tranquilos "lo tuyo, ES tuyo!"
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